El único propósito de ponerle nombre a las cosas es diferenciarlas. Por esa razón, el absurdo de llamar a un hijo como a su padre, su abuelo, etcétera. Sería como si a Noé (Darren Aronofsky, 2014) la hubiesen titulado igual que Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen y Gene Kelly, 1952), o como si a […]