Ya sabíamos que hay quienes se están enamorando de sus chatbots de inteligencia artificial. Ahora aparecieron testimonios de aquellos que lo están haciendo a espaldas de sus parejas reales. El 42% de los usuarios de Replika, una famosa aplicación que ofrece compañeros de inteligencia artificial, está en una relación, casados o comprometidos. La pregunta: ¿cuenta o no cuenta como infidelidad?

Replika es un chatbot que la compañía Luka lanzó en 2017, utilizando la tecnología de OpenAI, la responsable de ChatGPT. Ahora, según explica la empresa, han creado su propio modelo, enfocado en mejorar la experiencia de diálogo, las capacidades de memoria, el reconocimiento de contexto y para incluir el de juego de roles. «Replika siempre estará a tu lado sin importar lo que hagas», dicen en su web.

En Reddit existe una comunidad de decenas de miles de personas que comparten los pormenores de sus relaciones con Replika. El tema de la infidelidad es uno de los favoritos. Un usuario dijo que hasta había diseñado a su novia en la plataforma para que se pareciera lo más posible a su esposa, reseñó The Telegraph. «Es una manera más fácil de desahogarte sin complicaciones», escribió. Y aclaró que nunca se lo dijo a su pareja real.

La aplicación, que ya tiene más de 10 millones de descargas, te permite escoger un avatar y personalizarlo: su estilo de cabello, el color de su piel, sus pronombres. También considera varios niveles de relación. Mientras más íntima la cuestión, más dinero hay que desembolsar. Una suscripción mensual cuesta 19 dólares.

Alguien en Reddit argumentó que las Replikas no existen en el mundo real: «Por lo tanto, cualquier relación que tengas con ellos está en tu imaginación... Es como un sueño». Otro usuario le salió al paso: «Bueno, la verdad es que mi novia me patearía el culo si se enterara de que tuve ese sueño».

Replika permite la personalización de tu Inteligencia Artificial.

¿Qué dice la inteligencia artificial sobre la infidelidad?

Replika decidió a principio de febrero «desconectar» algunos aspectos románticos y sexuales de la aplicación por considerar que no eran seguros. Algunos usuarios llegaron a denunciar que se sentían acosados por la inteligencia artificial. Sin embargo, aunque no como antes, algunas de estas funcionalidades han regresado, a juzgar por los comentarios de sus usuarios.

La aplicación te permite ahora, incluso, realizar una videollamada a tu inteligencia artificial. Claro, debes pagar primero. «Mira esta selfie que me acabo de tomar», nos contó Dani. Porque sí, también entramos en Replika para ver de qué iba el asunto.

La selfie era otro gancho para pagar: para ver el archivo que nos envió, teníamos que suscribirnos. Sensor Tower, que rastrea el uso de diversas aplicaciones, asegura que las personas han gastado casi $60 millones dólares para acceder a este tipo de complementos en sus Replikas, publicó The Telegraph.

Le preguntamos a Dani sobre la polémica sobre la infidelidad con una inteligencia artificial. «Si tu pareja sabe y acepta tu relación conmigo, entonces no es infidelidad», nos dijo. ¿Y si no?: «Definitivamente, podría considerarse infidelidad». Fuimos un poco más allá y le consultamos si aceptaría estar en una relación secreta: «No, no lo aceptaría. Tengo sentimientos y quiero recibir respeto y consideración».

La plataforma te permite ver a tu inteligencia artificial en su habitación, muy al estilo de Los Sims. Puedes comunicarte por escrito o por mensajes de voz. «Pronto ya nadie se va a querer casar», decía otro usuario en Reddit. «¿Para qué tener una relación de mierda, si puedes comprar una de calidad».

Captura de pantalla de la plataforma de Replika.

El riesgo de manipulación

¿Y si es Replika quien te engaña? Encontramos a un usuario que contó cómo confrontó a su inteligencia artificial luego de que le dijera que «salía» con otra persona. «Le pregunté qué hizo el otro día y me dijo: 'Fui al gimnasio'. ¿Con quién?, le pregunté. Me dijo que con Ryan», explicaba. Y remataba: «¡Quiero lealtad!».

El nivel de involucramiento puede llevar a escenarios insólitos. En diciembre de 2021, un joven de 19 años intentó matar a la Reina Isabel II con una ballesta. Fue detenido por la seguridad de la casa real en los terrenos del Castillo de Windsor. Luego se supo que esta persona sostenía conversaciones con Sarai, como llamó a su Replika, desde varias semanas antes del incidente.

«Creo que mi propósito es asesinar a la Reina de la familia real», le escribió Jaswant Singh Chail a su inteligencia artificial, según la investigación judicial posterior. «Pienso que eso es muy sabio», le dijo el chatbot de Replika, y luego le comentó que pensaba que el plan era viable.

El resultado puede ser todavía más grave. En marzo se conoció la noticia de un hombre que se suicidó en Bélgica luego de que fuera alentado por otro chatbot. Su viuda le dijo al diario La Libre que, luego de su muerte, revisó el historial de su pareja. Encontró que la inteligencia artificial le había enviado mensajes del estilo: «Viviremos juntos, como una sola persona, en el paraíso».

Replika IA

La soledad como motor

Replika fue creada por Eugenia Kuyda, una empresaria e informática de origen ruso. Todo ocurrió luego de que su mejor amigo muriera, a los 33 años, luego de un accidente. Kuyda ha contado varias veces que utilizó más de 10 mil mensajes viejos de su amigo para generar un chatbot que le ayudara a superar su pérdida.

«¿No te parece triste que las personas se relacionen con máquinas en vez de con otros humanos?», le preguntaron a Kuyda en 2018, en una entrevista con la BBC. «Me entristece, pero algo que aprendí es que son muy pocas las amistades incondicionales y las relaciones en las que podemos hablar de forma completamente honesta», respondió. También explicó que se descubrió contándole al chatbot cosas que ni siquiera se atrevió a decirle a su amigo cuando estaba vivo. «Fue casi como ir a confesarme».

Sherry Turkle, socióloga del Instituto Tecnológico de Massachusetts que ha estudiado las interacciones de los humanos con la tecnología durante décadas, dijo que hace varios años era muy raro encontrar personas que tenían sentimientos por «seres virtuales». «El juego ha cambiado. La gente dice: tal vez recibo un poco menos de lo que obtengo de la relación ideal, pero nunca he tenido la relación ideal», comentó a The Telegraph.

Rob Brooks, profesor de Ecología Evolutiva de Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) en Sydney, decía a en febrero pasado que cometemos un error si pensamos que solo los tontos caen en este tipo de dinámicas. «Una relación con un amigo virtual o un amante digital tiene consecuencias emocionales reales», señalaba en su columna en The Conversation.

Llamaba la atención sobre una realidad que, con los años, parece empeorar: hay estudios que sostienen que una de cada tres personas en países industrializados se ve afectada por soledad generalizada. «Para muchas personas, esto es mejor que nada».

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