No le tengo ningún tipo de confianza al hombrecillo ese que se hace pasar por director, el tal Darren Aronofsky, que de cineasta tiene lo que yo de cura. Es decir, poquito o nada. De hecho, tanto es así que en lugar de poner en este cartel que estamos ante la resurrección de Mickey Rourke, en una hábil y tramposa estratagema comercial, deberían poner resurrección (al menos para los festivales europeos) del mismo Aronofsky, que después de dirigir la que probablemente es la tontería más grande, arrogante, insulsa y absurda de esta década, The Fountain, muchos creíamos que estaba y por fin muerto y enterrado...artísticamente claro.
Pero he aquí que dicen que esta película emociona, y que de las pajas mentales seudo intelectualoides de Aronofsky no hay ni rastro. Estupenda noticia. El cartel es sobrio y contundente, eso hay que admitirlo. Igual hasta voy a verla. Torres más altas han caido...
Vía: /Film